San Valentin... No gracias.

Buenos días  tardes, noches pequeños, quiero pediros perdón por no haber podido escribir antes, pero e estado liadísima, que si exámenes, trabajos,  que si quiero recuperar las horas de sueño... En fin, ya me entendéis.

Hoy voy a dedicar mi entrada a… (redoble de tambores) el día de San Valentín, ese día que reúne una gran disparidad de opiniones, y yo como ya sabéis, os voy a dar la mía.

Voy a ser clara y no  voy a divagar, odio el día de San Valentín con todas mis fuerzas, es absurdo, irrisorio, grotesco, me explico, veo realmente ridículo y patético, dedicarle un día a un sentimiento, yo si te quiero hoy, te quiero mañana y te quise ayer, no hoy por ser el día oficial de… De no te e regalado nada durante 364 días, pero hoy por qué me lo recuerda un centro comercial,  estoy súper enamorado de ti y voy a comprarte un osito que le aprietas un brazo y te dice con una voz teóricamente amorosa, ósea, penosa, nefasta, lamentable, aciaga y funesta, como si hubieses aspirado helio de un globo, y ya, depende de los idiomas que sepa tu pareja, te lo compra en ingles o en español.

O una tarjetita, que dice, te quiero más que ayer, menos que mañana, él, ingenuo de si, sale de la tienda y dice para si, joder, que bien lo he hecho, hoy mojo seguro, y se va a su casa tan contento. Llega el día, ese día que es uno más, pero ya no, por que tú tienes una tarjeta, ya eres alguien importante. En el momento que te da la tarjeta, la lees y piensas, y en esta mierda te habrás gastado cinco euros, que con un post-it te habría sobrado espacio hasta para poner un corazón cutre y todo, y la conversación es la siguiente:

- El: ¡A que te gusta cari!, es que la vi, y me acorde de ti.

- Ella, para si: mira que bien, el día de nuestro aniversario se acordó del cocido que le hace su madre, por que aunque tiene una alarma en el móvil, un calendario en la nevera y memoria, se le olvida, pero eso sí, tu pegúntale que cuando juega su equipo, que cuantos títulos tiene, que parece que lo tiene tatuado en la frente, Te dan ganas de matarlo. De repente te das cuenta de que llevas media hora callada y decides contestar, pero tú, sutil por naturaleza, sonríes, por que sabes de sobra que como abras la boca le vas a mandar cerca y dices, toma el tuyo.

- El: Y esto, vamos, te habrás esmerado, sabias que iba a ir con los chicos.

- Ella, para si: Vamos no me jodas, encima de que hago e esfuerzo de ir a ver a 12 hombres corriendo 90 detrás de una pelota, que bendita la gracia que me hace ir al estadio a pasar frio, a que me griten al oído, a que me abrace un desconocido por que ha metido gol su equipo, a pintarme la cara con los colores del equipo, a que venga la típica señora mayor a decirme que su nieto no ve,  que me aparte, va y me dice que va a ir con los chicos, lo habrá apuntado en su lista de cosas que le diré a mi novia un día de estos. Y piensas mejor me voy a callar por que como le diga lo que pienso, este se vuelve a su casa soltero.

Y luego tienes a los que si saben lo que es el día de San Valentín, que son los que dos meses antes piensan una sorpresa hecha con sus propias manos, algo que está compuesto por cosas que te recuerdan a tu pareja, recuerdos vuestros, cosas que solo entendéis vosotros,  algo súper especial, eso si es un regalo de San Valentín, por lo menos para mí, por que en mi opinión ya sea la tarjeta, el osito y sucedáneos no tienen valor, porque ese mismo regalo lo van a tener millones de chic@s, pero el que tu le as preparado solo es vuestro.

Mi consejo: San Valentín es un día mas, estoy segura casi al 100% de que si le regalas una rosa a tu pareja cualquier otro día, le va ha hacer más ilusión que si se la regalas el día 14. Pero no todos somos así, si tu pareja es mas materialista, estoy segura que el 14 será el día perfecto para demostrarle que l@ quieres.